Wednesday, April 09, 2008

Los límites del sueño universal





Palabras
Por Carlos Balaguer
Martes, 8 de Abril de 2008



Cuando niño me fui un tiempo a vivir a una montaña. Fue cuando encontré a uno de mis grandes maestros: la naturaleza.
Una noche clara, viendo la inmensidad de los cielos, pregunté si ese vasto espacio tendría final, como termina la vida, la dicha, la juventud, la gloria, el deseo…Fue cuando alcancé a ver la rueda universal --como en una inmensa feria-- y concluí asombrosamente que el espacio era circular y no tenía fin. Precisamente por ser elíptico. Era la serpiente que se traga a sí misma, devorando su cola. La misma que si parte desde aquí y da la vuelta a toda la eternidad, volverá a aparecer en este mismo sitio desde donde inició su viaje infinito.
Si desde mi ignorancia infantil pude intuir semejante teoría, fue muestra inequívoca que yo venía --como todos nosotros-- desde las estrellas y que por eso conocía lo del universo circular. Lo más desconcertante es que el tiempo --al igual que el espacio-- también es circular. A lo mejor nuestro encuentro ya haya estado desde antes escrito en las estrellas. A lo mejor este amor, esta gloria, este afán y este sol vuelvan un día a repetirse. Que nuestro amor, amada mía, haya dado una vuelta al mundo infinito de su anhelo.

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