Tuesday, June 24, 2008

La noche color de perro

Palabras
Por Carlos Balaguer
Lunes, 23 de Junio de 2008
Al final no sé si la noche se vistió de perro o mi perro se vistió de noche. Los dos eran negros y mágicos. La noche tenía el esplendor de las estrellas y su profundo misterio. Mi perro azabache sólo tenía dos estrellas en la noche de su pelambre de séter español: sus ojos verdes.
Dicen que los perros ven a los invisibles seres de otras dimensiones. Y yo era de una perdida dimensión del amor.
Mi perro veía otros mundos y yo veía sueños dentro de mi mismo inmenso sueño. La importancia de ese perro de mi lejana niñez es que estuvo junto a mí en aquella edad donde sólo existen cosas bellas. Y la felicidad estaba desnuda y a un bajo precio. Existían perros que miraban seres de otros mundos y niños que miraban la otra dimensión de la ilusión.
Porque era la edad en que aún estamos desnudos de riquezas, deseos, ambición y vanidad. Un sorbete de fresa nos hacía entonces feliz, un beso, una caricia, una rana cantándole a la luna, una promesa… Pero después subió el oro, el petróleo y el precio de la felicidad. Y mi perro dejó de ver siluetas de otros mundos y yo dejé de ver la luna que se vistió de rana y la rana que se vistió de luna…

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