Friday, March 28, 2008
La lágrima dibujada en los muros
Palabras
Por Carlos Balaguer
Jueves, 27 de Marzo de 2008
Entre la niebla del amanecer, "El lágrima" escribió su último mensaje sobre el muro, antes de huir de la ciudad perdida... Cuando niño trazó un garabato y un corazón en la pared de su casucha, pensando que dibujaba a su mamá. Cuando ésta llegó lo castigó duramente por haber manchado el muro. ¡Ya mi vida está manchada, le dijo, y no quiero que manches lo único que queda limpio de esta pocilga!
Meses después "Lágrima" encontró a su padre asesinado en un callejón, tal vez huyendo de algún robo. Dibujó entonces un corazón en la pared con la misma sangre de su desdichado padre. Años después --cuando fue encarcelado por dar muerte a un pandillero rival de su clan, el de Los Batos Locos-- esbozó otro garabato en una tenebrosa mazmorra. Esta vez dibujó una lágrima. La lágima más triste que hubiera escrito… Sus compañeros de prisión le delinearon un tatuaje en el rostro. Era una lágrima, porque así lo pidió él. Porque era un lloro lo que el destino había marcado en su faz a lo largo de su interrumpida vida… Desde entonces "El lágrima" llevó ese apodo y esa huella imborrable del dolor en su rostro. Esta vez una lágrima que no se podría borrar, como se borraron con el tiempo las otras lágrimas en las murallas del bulevar. Lo que aquel paria dibujó al partir, fue una estrella. Una estrella que terminó apagándose como todas…
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