Palabras
Por Carlos Balaguer
Domingo, 2 de Marzo de 2008
Es el beso del sol a la tierra cuando atardece. El astro ya cruzó el día y antes de morir besa el horizonte, la misma tierra que es desde donde surgió. Nace tras los cerros y tras los cerros muere. Como el hombre nace en el polvo y regresa al polvo. Al igual el sol sale en el horizonte y allá muere. En el diario ciclo solar se extingue precisamente donde una vez emergió. Nace en el mar y muere en el mar. Surja de las aguas y al final torna a las aguas. Es la metáfora natural que todo nace, alcanza su esplendor y luego pasa… La flor cósmica se extingue, precisamente donde nació…
Las razas primitivas, que ignoraban el fenómeno cósmico de la rotación planetaria, veían en este fenómeno algo mágico y maravilloso. Y en verdad no estaban equivocados. Porque desde esa ingenuidad astronómica podían maravillarse de los milagros de la creación y ver su aspecto mágico… La magia es verdad para el espíritu, no importan sus causas o procesos.
Entre más el hombre conoció la ciencia y descubrió leyes y átomos, perdió su innata capacidad de ver la magia. En este caso la magia natural.
Aun el amor dejó de ser mágico. Para nosotros --los desdichados magos que perdimos la magia-- ya no es mágico que de un huevo surja un ave de mil colores, que de una semilla brote un manzano, que de un ser humano surja otro, que de una caja de madera con cuerdas tensas de metal broten melodías maravillosas… Que la noche se convierta en alba y que los anhelos crezcan como las montañas
No comments:
Post a Comment