Palabras
Por Carlos Balaguer
Domingo, 27 de Julio de 2008
Aunque las serpientes, el halcón y los tigres suelen andar solos los humanos le temen a la soledad. Encontramos al urbanita que sigue estando solo entre la multitud. Aunque hombres y huainas --hienas en griego-- se unen dentro de los muros terriblemente grises de la urbe, en una extraña alianza, de seres solos y prisioneros ya de un rey, de una dictadura o del propio destino.
Muchos en la vida, nos vamos como los tigres blancos a las montañas. No a las altas cumbres nevadas sino a los montes eternos de nuestro desierto interior. Empezamos a vivir como las serpientes y el dragón. Solos por la vida, porque nadie o pocos comprendieron nuestros sueños en el despertar.
Es la soledad existencial que nos impulsa a buscar nuestro monte interior. Es la vida que nos da su enseñanza y parábola. Solos llegamos, solos quedaremos cuando caigamos en la arena o alcancemos la rama dorada. Por igual solos nos iremos de vuelta hacia la nada. Tan solo dejaremos nuestras rosas, nuestros pasos perdidos a lo largo del camino.
La vida terminó tornándonos serpientes. Víboras errantes en busca de su estrella. Culebras de jade en el inmenso sueño. Eses egipcias. (Los egipcios inventaron el sonido "s" para designar a las serpientes, por el sonido que hacen y la ondulación de su andar).
Monday, July 28, 2008
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2 comments:
Hola! gracias por tu comentario!!! me gusta mucho lo que escribes ....es genial! me t5raspola a otros lugares...
Espero tener oportunidad de charlar contigo..
ah! si estoy mejor de ese amor, espero que tu tambien..
Muchas veces solemos creer que no podemos decir adios definitivo a ese amor que tanto nos lastima, pero cree que se puede. Suele ser un proceso largo, mas no imposible...asi que a seguirle echando ganas...Cuidate!
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