Palabras
Por Carlos Balaguer
Miércoles, 2 de Julio de 2008
En el balcón de amor creció una rosa, que se pavoneara al cielo, vanidosa tal vez… Que inundara en el aire su perfume sutil, que se metió en el alma quizá para poder vivir. El sol se enamoró de su corola, las abejas colmeneras de su miel. El viento se enamoró de su perfume, el pintor se enamoró de sus colores. También le coqueteó al día. Que entonces era eterno también como lo fue el amor.
En el balcón de amor se abrió la rosa que juntos contemplaron los amantes de ayer. Cuando se prometieron lo eterno de su amor, sellando con un beso aquel tiempo mejor. Mirando a la flor, pensaron que era eterna, como eterno su idilio de sueños y promesas. Después se unieron en un beso, para ser uno solo con el tiempo mejor y con la vida.
Pero pasaron tantas primaveras. Junto al balcón la rosa primorosa secó. Sólo dejó en el aire su perfume de ayer. El día que habrá pasado, ya no podrá volver.
En el balcón de amor si una mañana la rosa de la vida floreciera otra vez. Que inundara en el aire su perfume sutil. Que se metió en el alma para poder vivir. En el balcón de amor tal vez la vida, en el balcón de amor otra promesa, en el balcón aquel, vacío alguna vez y otra con la flor. Que tampoco era eterna, como lo fue el amor.
Por Carlos Balaguer
Miércoles, 2 de Julio de 2008
En el balcón de amor creció una rosa, que se pavoneara al cielo, vanidosa tal vez… Que inundara en el aire su perfume sutil, que se metió en el alma quizá para poder vivir. El sol se enamoró de su corola, las abejas colmeneras de su miel. El viento se enamoró de su perfume, el pintor se enamoró de sus colores. También le coqueteó al día. Que entonces era eterno también como lo fue el amor.
En el balcón de amor se abrió la rosa que juntos contemplaron los amantes de ayer. Cuando se prometieron lo eterno de su amor, sellando con un beso aquel tiempo mejor. Mirando a la flor, pensaron que era eterna, como eterno su idilio de sueños y promesas. Después se unieron en un beso, para ser uno solo con el tiempo mejor y con la vida.
Pero pasaron tantas primaveras. Junto al balcón la rosa primorosa secó. Sólo dejó en el aire su perfume de ayer. El día que habrá pasado, ya no podrá volver.
En el balcón de amor si una mañana la rosa de la vida floreciera otra vez. Que inundara en el aire su perfume sutil. Que se metió en el alma para poder vivir. En el balcón de amor tal vez la vida, en el balcón de amor otra promesa, en el balcón aquel, vacío alguna vez y otra con la flor. Que tampoco era eterna, como lo fue el amor.
No comments:
Post a Comment