Palabras
Por Carlos Balaguer
Martes, 12 de Febrero de 2008
Riega la rosa de un deseo. Con agua fresca, con lluvias mansas. A veces con lágrimas, como suele florear el alma humana. Vuelve realidad la rosa de tu sueño. Vuelve veraz el proyecto de tu alegría. Haz crecer su corola. Riega a diario con amor tu rosal secreto. Debes soñar las rosas de la vida para que no marchiten bajo el sol…Idealizar, engrandecer la imagen deseada, enamorarnos de lo que vendrá, son parte de ese sortilegio del sueño y del deseo.
El sueño físico corresponde a otra dimensión del alma y de la mente humana. En ese espacio del ser la mente recrea vivencias profundamente deseadas o situaciones aterradoras. En fin, cada quien decide el sueño que tendrá. Como lo hacemos cuando entramos al cimematógrafo. Elegimos la película que deseamos ver, pagamos el boleto y luego nos sumergimos en la oscuridad de la sala de proyecciones. Así disfrutamos de un filme de amor o de uno de terror. De la misma manera elegimos nuestro anhelo.
Soñar la vida, para volverla realidad, es motivarnos a encontrarla, enamorarnos del ideal en el afán de darle alcance
El sueño físico corresponde a otra dimensión del alma y de la mente humana. En ese espacio del ser la mente recrea vivencias profundamente deseadas o situaciones aterradoras. En fin, cada quien decide el sueño que tendrá. Como lo hacemos cuando entramos al cimematógrafo. Elegimos la película que deseamos ver, pagamos el boleto y luego nos sumergimos en la oscuridad de la sala de proyecciones. Así disfrutamos de un filme de amor o de uno de terror. De la misma manera elegimos nuestro anhelo.
Soñar la vida, para volverla realidad, es motivarnos a encontrarla, enamorarnos del ideal en el afán de darle alcance
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