Palabras
El regalo del día presente
Por Carlos Balaguer
Lunes, 1 de Octubre de 2007
Un joven palestino que sobrevivió a un ataque del ejército israelí declaró a la prensa: "Mi hermano murió en el bombardeo; haber quedado vivo me pareció un regalo de Dios". De hecho, comúnmente "presente" se entiende como "regalo": "Le llevó un presente a la amada". Lamentablemente la mayoría de nosotros ha olvidado que el tiempo presente --la vida-- es la mayor ofrenda que nos dio el Creador.
Vivimos nada más el "eterno presente", pues el hoy ineluctable es el punto de partida para el ayer y el futuro. Lo pasado se ha ido, lo porvenir está ausente. Sólo el ahora nos pertenece plenamente, como la divina dádiva y es en él donde debemos intentar vivir. Lo que hagamos hoy influye el futuro y el pasado. Siembra hoy y cosecharás mañana. Falla hoy y llorarás el ayer, el tiempo perdido. El vivir el presente de modo uniforme, como existencia simple, hace que escribamos el ayer y aspiremos el mañana. Medimos el tiempo de diversas maneras en base a la rotación solar y planetaria que influye en el crecimiento de las plantas, de la actividad natural y humana, los proyectos y de la vida misma. Pero en realidad, sólo existe el eterno ahora, desde donde emana el gran milagro de la existencia y de los propósitos.
El regalo del día presente
Por Carlos Balaguer
Lunes, 1 de Octubre de 2007
Un joven palestino que sobrevivió a un ataque del ejército israelí declaró a la prensa: "Mi hermano murió en el bombardeo; haber quedado vivo me pareció un regalo de Dios". De hecho, comúnmente "presente" se entiende como "regalo": "Le llevó un presente a la amada". Lamentablemente la mayoría de nosotros ha olvidado que el tiempo presente --la vida-- es la mayor ofrenda que nos dio el Creador.
Vivimos nada más el "eterno presente", pues el hoy ineluctable es el punto de partida para el ayer y el futuro. Lo pasado se ha ido, lo porvenir está ausente. Sólo el ahora nos pertenece plenamente, como la divina dádiva y es en él donde debemos intentar vivir. Lo que hagamos hoy influye el futuro y el pasado. Siembra hoy y cosecharás mañana. Falla hoy y llorarás el ayer, el tiempo perdido. El vivir el presente de modo uniforme, como existencia simple, hace que escribamos el ayer y aspiremos el mañana. Medimos el tiempo de diversas maneras en base a la rotación solar y planetaria que influye en el crecimiento de las plantas, de la actividad natural y humana, los proyectos y de la vida misma. Pero en realidad, sólo existe el eterno ahora, desde donde emana el gran milagro de la existencia y de los propósitos.
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